~El pozo de los deseos~
Cierto día en Waladopow, un turista caminaba por los caminitos estrechos del pueblo, y se encontró con un vecino del pueblo.
Turista: Hola, me llamo Tristán. ¿Sabes dónde está el pozo de los deseos del pueblo?
Azulino: Niño, ¿Cómo no lo voy a saber, si yo vivo aquí? Jaja... ¡Pero no te puedo ayudar, amigo mío! Tal pozo no existe... Es un pozo normal y corriente.
Tristán puso cara de pena y se marchó con su cámara de fotos a la estación. De repente, cuando Azulino se estaba mirando en el espejo y llamándose guapo a sí mismo, apareció de entre los arbustos una chica con ropa de hada... Y con un pelo rubio recogido en forma de lazo.
Hada: Soy Giselle, el hada de los deseos... Te concedo 3 deseos, si tiras en el pozo en el que habito 3 sacos de 1000 bayas.
Azulino: Alcaldesa Fionna... ¿Pretende que me crea otra vez que es el hada que vive en el pozo? Menos tonterías...
Por la noche, en casa de Talía estaban todos los vecinos del pueblo celebrando una fiesta.
Coni: ¡Talía, me encanta tu fiesta, zanahorias!
Talía: Muchas gracias, Coni... ¿Qué, alcaldesa, se lo pasa usted bien?
La alcaldesa del pueblo se había quedado dormida en la cama de Talía... Talía la tapó con una sábana y en aquel momento se apagaron por arte de magia las luces.
Patri: ¡Por todas las momias de Egipto! ¡Un apagón!
Ernesto: Yo no creo que se trate de eso... ¿Tú que opinas, Coni?
Ernesto se notaba bastante que estaba enamorado de Coni... Aunque ésta le ignoraba... Por tanto, Coni le dio la espalda y Ernesto se sentó en una silla apenado.
Azulino: ¡Ay por dios! ¡Qué desgracia, no me veo a mí mismo! ¿Y si estoy despeinado? ¡Sería una ruina!
Lupe y Surfleo estaban apartados del resto, de brazos cruzados.
Lupe: ¡Chicos no perdamos la calma...!
Surfleo: Lupe tiene razón, cáspita.
Beelén: ¡Yo le tengo miedo a la oscuridad!
Filberto estaba durmiendo en el suelo... Y sinceramente, Rocío estaba durmiendo en el aire...
Patri: Chicos, no sé vosotros pero yo me voy a mi casa...
Talía: ¡No chicos, no os vayáis!
De repente la alcaldesa se elevó de la cama y se transformó en un hada hermosa...
Fionna: ¡No perdáis la calma...! ¡Ante un apagón, el Hada Giselle tiene la solución!
Todos se quedaron con la boca abierta... En ese momento Rocío y Filberto se despertaron.
Rocío: ¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ? ¡YA SABÉIS QUE SI NO DUERMO MIS OCHO HORAS DIARIAS ME PONGO INSOPORTABLE!
Giselle: Pedidme cualquier deseo, y os lo concedo... Pero al día siguiente tendréis que echar 1000 bayas por cada deseo que pidáis... Ah, y solo os puedo conceder un máximo de 3 deseos, y me desvaneceré para siempre. Y si no echáis mañana los sacos de bayas, uno de vosotros desaparecerá.
Azulino: ¡Qué desaparezca Ernesto, que es el menos imprescindible y el que menos estilo tiene!
Ernesto: *Darle porrazo con un cuenco en la cabeza* ¡Oye tú!
Lupe: Dejaos de tonterías... Yo misma tiraré las bayas por todos. Bien, el primer deseo es... Que vuelva la luz y podamos continuar con la fiesta.
Y Giselle hizo que el deseo se cumpliese... Estuvieron de fiesta hasta las 3 de la mañana. En ese momento, cuando se fueron todos a sus casas...
Tristán: *Acercarme al pozo* Lo encontré yo solo, sin ayuda de nadie... Oh, viene alguien. *Esconderme en un arbusto cercano*
Lupe: *Tirar bolsa de 1000 bayas* Yo ya cumplí...
Y se marchó. Tristán salió de su escondite frotándose las manos con una risa maligna en el rostro... Al día siguiente... Todos se levantaron y se fueron a la plaza porque era la celebración de la fiesta de los cerezos. Todos comerían, hablarían entre ellos y se lo pasarían bien... Pero notaron la falta de alguien. ¿Dónde estaba Lupe? Todos se pusieron nerviosos... Lupe no era de las que se descuidaban y no cumplía sus compromisos... ¿Qué le podía haber pasado?
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